
Seguro que o te han operado en alguna ocasión o conoces a alguien a quien han operado.
Puede ser que entonces o tengas una cicatriz más o menos grande, o por el contrario solo te veas unas pequeñas cicatrices que siguen un orden. Estaríamos hablando en el primer caso de la cirugía tradicional o abierta, y en el segundo, de la laparoscópica. Antes de conocer sus diferencias, os explicaré brevemente en que consiste cada tipo de cirugía:
La cirugía tradicional o abierta:
Se llama así porque es con la que se puede operar todo, por así decirlo, la originaria.
Sea cual sea la parte que te tengan que operar las bases son las mismas. Abrir con un bisturí la piel en incisiones más pequeñas o más grandes para acceder al interior del cuerpo, que luego se coserán con puntos o grapas.
La cirugía laparoscópica:
Es más moderna, y aunque se empezó a desarrollas a principios del siglo XX, ha ido implantándose más ampliamente a partir de los años 70 gracias a los avances tecnológicos, siendo la variante más avanzada, la cirugía robótica.
En la laparoscopia se hacen unas incisiones mucho más pequeñas, de menos de un centímetro, por las que se colocan unos accesos al cuerpo que permiten que se introduzca gas, el cual es CO2 (dióxido de carbono), cuya función es que crear una cavidad en el interior del cuerpo que permite hacer el hueco necesario para poder ver y operar. También por estos accesos al cuerpo se introduce una cámara con luz que nos permite ver, y todo el instrumental necesario para operar (pinzas, tijeras…).
Una vez terminada la cirugía también se dan puntos o grapas en los orificios de la piel, por lo que quedarán pequeñas cicatrices.
Conoce en el siguiente enlace una manera de operar la próstata diferente a las que hablamos hoy:
https://www.urogueando.com/operacion-de-prostata-la-rtu-de-prostata/
Así, cual es la diferencia entre la cirugía tradicional y la laparoscópica:
– La primera y más obvia, la forma de acceder al cuerpo: una abriendo el cuerpo con incisiones, y la otra accediendo por pequeños puntos.
– La introducción de gas para crear cavidades: es esencial para la laparoscopia, e innecesario en la tradicional.
– La curva de aprendizaje: Es más fácil aprender la cirugía tradicional que la laparoscópica, ya que esta última requiere un entrenamiento mayor, acostumbrarlos a una visión tridimensional, y a operar por un instrumental largo, sin poder introducir nuestras manos para tocar. Pero la verdad que con la práctica y los avances tecnológicos, la curva de aprendizaje es cada vez más breve.
– La duración de la operación: aunque esto es muy variable, ya que actualmente con la cirugía laparoscópica se opera también más o menos rápido, quizá la cirugía tradicional permita tiempos más breves.
– Las complicaciones: aunque los riesgos y complicaciones de la cirugía en cuestión puedan ser los mismas, en general a menor lesión en el cuerpo, mejor recuperación, y ahí la cirugía laparoscópica tiene las de ganar, y por lo tanto el tiempo que uno está ingresado es breve, porque el dolor postquirúrgico es también menor.
– Las patologías que se pueden operar: mientras que la cirugía laparoscópica no lo puede operar todo, ya que necesita introducir gas para hacerse hueco y no en todas las regiones se puede conseguir esto, con la cirugía tradicional sí que se puede operar cualquier cosa, cualesquiera que se la localización o el tamaño.
– Los resultados estéticos: al producir menos cicatriz el resultado estético es mejor en la cirugía laparoscópica.
Resumiendo, ambos tipos de cirugía tienen sus cosas, y la cirugía laparoscópica tiene sus limitaciones, no lo puede operar todo. También su ejecución depende del cirujano, y más que la técnica en sí, es la experiencia en la cirugía lo que marca la diferencia.
Así mismo, no hay que abandonar a la cirugía clásica aunque sea importantísimo estar actualizado en nuevas técnicas, ya que es fundamental tener una buena base en la cirugía tradicional o abierta, lo que nos evitará muchos disgustos, ya que si ocurre algún problema grave durante una cirugía laparoscópica, siempre habrá que abrir.